Pablo Benito – La investigación periodística de este cronista develó, hace apenas unas semanas, la contradicción existente entre un comunicado de prensa del Colegio de Magistrados, que relataba una agresión sufrida por la jueza Michelassi, por un lado y la denuncia penal, por “incumplimiento de funcionario público”, interpuesta por una familia, en el marco de un violento suceso acaecido en el hall de ingreso a los Tribunales de Familia. VER
El Colegio de Abogados se hizo eco (VER)
Ante las reiteradas denuncias de letrados, que se desempeñan en el ámbito de los Tribunales de Familia, el Colegio de Abogados presentó, ante la Corte Suprema de Justicia provincial, un escrito en el que manifiesta “la profunda preocupación de profesionales de la matricula por los malos tratos recibidos de parte de la jueza del Tribunal Colegiado de Familia N° 2, Lilliana Michelassi”.
Gritos, tironeos y empujones
El caso que motiva la presentación del Colegio, refiere a episodios de violencia que se produjeron a raíz de a la resolución judicial, de la magistrada, que otorgó la tutela de niña de 8 años a su media hermana. Separándola de su hermano de 13 (ambos habían perdido a su padre hacia dos meses y a la madre un año atrás).
La aparición de la «abogada del Narco», según Diario la Nación VER
Liliana Michelassi, en resolución del 18 de abril de 2023, según la documentación a la que tuvo acceso este cronista, no dio intervención al equipo multidisciplinario de la Corte Suprema, no designó un abogado de la niña, no reflejó la palabra de menor quien, siquiera, fue escuchada, ni se produjo informe socio ambiental, alguno, del hogar al que se destinaba a la pequeña. Tampoco se determinaba la situación económica de la destinataria de la tutela y, peor aún, no menciona a los adultos convivientes en dicho hogar.
Desde este medio se insistió en tener la palabra de la reconocida abogada penalista, Dra. Hilda Knaeblein, representante de Y.A.Q., media hermana de la niña.
Fuentes de los propios tribunales de familia, corroboraron que con posterioridad a la detención del conyugue y conviviente de la titular de la tutela, otorgada por Michelassi, renunció al caso.
En esta última omisión radica el mayor de los peligros que atraviesa la niña. El conyugue y padre de los niños de la destinataria de la tutela, es poseedor de un prontuario que no parece ser un dato aislado en este caso.
Se trate de Rodrigo Nicolás R. (se preserva el apellido por la identidad de los menores) VER
Una tutela y la trama criminal detrás
El sábado, próximo pasado, fue detenido R.N.R, de 28 años, acusado de un terrible homicidio cometido el 8 de enero pasado en un domicilio ubicado en Santo Tomé (República de Chile y Corrientes en las inmediaciones del Club Charoga).
El fiscal Carlos Lacuadra, ordenó la detención de R.N.R. –quien se domiciliaba en el mismo hogar designado por la jueza para albergar a la F.N.C, la niña separada violentamente de su hermano- por la muerte de Osvaldo Andrés Aguilar (47), ejecutado con 12 balazos, tres de ellos en la cabeza en una acción criminal pergeñada por sus familiares.
El propio R.N.R. además de estar imputado en este asesinato, de tinte sicario, está sindicado como el mayor proveedor de cocaína de una red de narcomenudeo que operaba en varias localidades del norte provincial. Según la investigación de la Justicia Federal de Reconquista. VER
Narcos
Lo mencionado y el riesgo que habría corrido la menor, no fue tenido en cuenta por la jueza en un trámite de tutela –express- que siquiera arbitró los medios habituales que se realizan para garantizar, al menos, la integridad física los niños, además de las innumerables falencias de una decisión de la magistrada que desconocen los más esenciales derechos de niños, niñas y adolescentes.
Tranquilidad
Por lo que pudo saber este cronista, la niña hoy se encontraría a resguardo – junto a su hermano y sus tíos- luego de que su propia media hermana decidiera volver atrás en su pretensión, a pedido de la menor.
Este acto, por el cual, mediante instrumento privado, la pequeña volvió a su hogar habría ocurrido el sábado pasado concurrentemente con la detención mencionada.